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Empiezas a sentirte mal: te falta el aire y te duele al respirar. Notas que el corazón se acelera y te mareas. A pesar de que no es la primera vez, sientes que no lo puedes controlar o que los síntomas se han vuelto más frecuentes e intensos. Ya habrás oído que esto se conoce como ataque de ansiedad o de pánico, pero te invitamos a conocer más de cerca lo que realmente significan estos fenómenos tan parecidos.

¿Qué es un ataque de ansiedad o de pánico?

Sentimos miedo, que es una emoción, cuando tememos por nuestra vida. Este temor es asociado a lo que identificamos como un peligro. A su vez, el miedo se caracteriza por la angustia. Nos angustia aquello que vemos como una amenaza. A la angustia se le puede añadir la preocupación. Nos puede preocupar que suceda lo contrario a lo que se desea (en el futuro), a veces la amenaza también se refiere a nuestros intereses personales o nuestra imagen (por ejemplo: hacer el ridículo, equivocarme, suspender un examen, tener una enfermedad…). Esto es ansiedad.

¿Cuál es la diferencia entre ansiedad y pánico?

En general, controlas bien la ansiedad y puedes seguir con tus tareas sin muchas dificultades. En otros momentos, en cambio, sientes que no puedes con ello.

En función de cómo interpretamos una situación, podemos experimentar miedo o ansiedad. Pero cuando el miedo es especialmente intenso, se denomina pánico y aquí es donde comúnmente se acompaña de síntomas como taquicardias, dolor en el pecho, dificultades para respirar y/o mareos.

Cuando convergen todos los síntomas, se produce una crisis de ansiedad. Tal vez estás pasando por una mala racha o te muestras muy preocupado/a por algo. Esto te causa tanto malestar en general que has experimentado un episodio en el que estos síntomas han aparecido de repente con mucha intensidad. Transcurridos unos minutos que se hacen parecer largos, regresas a la calma. Y aunque quizás te desesperas intentando resolver la situación, no te sientes en peligro inminente. Esta es la principal diferencia con un ataque de pánico, donde se experimenta un miedo muy intenso a: (1) perder el control, (2) enloquecer y (3) morir. Por ende, quizá en un contexto que te asalta (como un examen o tener problemas con un familiar, por ejemplo) puedes experimentar los síntomas, pero no necesariamente suceden estos miedos.

Aun así, una vez que experimentas tal malestar puedes desarrollar una sensibilidad a la ansiedad, es decir, temer volver a sufrir una nueva crisis de ansiedad o un nuevo ataque de pánico. A partir de la experiencia sufrida, es lógico que tratemos de intentar remediarla evitando aquello que nos produce un malestar asociado (por ejemplo: dejar de salir a la calle, dependencia a la medicación, intentar controlar los síntomas…). Pese a ello, notamos que en lugar de controlar al miedo es éste el que nos controla a nosotros/a. Las preocupaciones pueden, por lo tanto, persistir en el tiempo hasta el punto de derivar en un trastorno psicológico.

¿Cómo hacer frente a un ataque de ansiedad o de pánico?

Y si notas que te está pasando, que no sabes cómo gestionar estas situaciones o tienes un exceso de preocupación que altera tu rutina y bienestar, te recomendamos pedir ayuda. Desde la psicología cognitivo conductual existen una serie de técnicas y estrategias de demostrada eficacia para el tratamiento. Los síntomas responden muy bien a la reestructuración de los pensamientos e interpretaciones que hacemos de las situaciones temidas, disminuyendo la atención que prestamos a estas sensaciones físicas. Como también es fundamental la exposición tanto a las sensaciones físicas como a las situaciones temidas de forma gradual para conseguir el control de estas crisis.

Aunque ambos fenómenos tienen en común el ser una experiencia muy desagradable, recuerda que pueden ser una oportunidad para el cambio. Tú sabes que incluso en las situaciones más adversas podemos sacar la mejor versión de nosotros/as. Lo normal no necesariamente es lo positivo, ni lo anormal tiene por qué ser siempre negativo. Puede que este sea tu momento, y en grupoVOLMAE podemos ayudarte a gestionarlo. Puedes contactar con nosotros aquí.





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