Llega el verano y para muchas personas, un periodo de descanso. Sin embargo, este periodo de disfrute se convierte en una fuente de estrés para muchos y muchas. De forma rápida y sencilla, te damos unos consejos:
- Planifica. Tómate tu tiempo y plantéate que se trata de descansar, de disfrutar. No intentes organizar todo el viaje el mismo día, máxime si es al extranjero, con niños, etc. Utilizar con tiempo listas para organizarte.
- Sigue cuidándote. Es importante que mantengas hábitos saludables, en la comida, y especialmente en el sueño. Intenta mantener una rutina de sueño de ocho horas diarias.
- Usa el tiempo en actividades que te sean placenteras. Ahora tienes ese tiempo que tanto demandabas para hacer lo que te gusta, practica la relajación. Y por supuesto, hay cambios, normalízalos.
- No metas los complejos en la maleta. Es el momento de hacer las cosas que te dan vergüenza, de disfrutar de uno mismo, de ser uno mismo. Deja de compararte, y si hay una operación bikini, que sea “mental”, acéptate, mantén una actitud positiva y sonríe.
- Estás de vacaciones. Desconecta del trabajo. Y esto se comienza por no abrir el correo del trabajo y desconectar el móvil o el smartphone. ¿Cuántas horas eres capaz de tenerlo apagado?
- Trabájate bien la comunicación y las relaciones afectivas. Algo como pasar mucho tiempo con la pareja o la familia puede ser que aumenten los conflictos. Piensa que es una oportunidad para mejorar, para hacer vida social. Hazlo de forma relajada, tranquila y pensando que puedes mejorar esas relaciones.
- Planifica también la vuelta o el fin de las vacaciones, intenta hacerla algo graduada y no seas pesimista. Céntrate en lo que has disfrutado y mira el tiempo que te queda hasta las próximas vacaciones como algo normal, como una oportunidad para seguir creciendo como persona y tiempo para comenzar a planificar las siguientes.