La depresión, en sus diferentes formas e intensidades, es un trastorno del estado de ánimo que afecta aproximadamente a 2,5 millones de personas en España. Es un problema de salud pública de primer orden, tanto por el sufrimiento de las personas afectadas y sus familiares como por el enorme coste sanitario que supone, ya que los antidepresivos son la primera opción terapéutica y estos medicamentos están en las primeras posiciones de las listas de medicamentos más consumidos. Si tenemos en cuenta esta cantidad de personas afectadas, no es difícil pensar que este trastorno afectará al ámbito profesional de forma significativa.
Desde grupoVOLMAE trabajamos con diversas Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales y nos encontramos habitualmente con personas que están por baja médica como consecuencia de sintomatología depresiva (además de la muy habitual también sintomatología ansiosa). No se considera accidente laboral, sino enfermedad común, pero su abordaje es el mismo y el apoyo psicológico es básico para la recuperación del paciente.
Es evidente que en el ámbito laboral la depresión supone, en la mayoría de ocasiones, un menoscabo claro de las competencias psicoprofesionales, más aún cuando la persona tiene un trabajo que supone capacidad de atención, manejo de vehículos o productos peligrosos, atención al público, etc. Por otra parte, la persona afectada de sintomatología depresiva vive el “estigma” de ser considerada en muchas ocasiones como una simuladora, alguien que no quiere trabajar y se inventa los síntomas. Como la sintomatología no es visible (una lesión física evidente, por ejemplo) existe mucha presión, en unas ocasiones por el entorno, otras por la propia empresa o incluso ambas, para que se reincorpore a su puesto de trabajo, situación que agrava la sintomatología. Estas circunstancias hacen que la intervención psicoterapéutica sea la clave de la recuperación funcional.
Es importante saber que la depresión no es un trastorno de todo o nada, no es un trastorno que surge una mañana, así de repente. Normalmente la sintomatología depresiva es un proceso de malestar que se va consolidando, agravando y termina inundando el funcionamiento global de una persona. Por ello, es básica la intervención temprana para reducir el impacto que esta sintomatología tendrá en la persona. Se ha comprobado en un reciente estudio de Mutua UMIVALE que la intervención temprana (diagnóstico precoz y psicoterapia) en los problemas psicopatológicos reduce de forma significativa el tiempo de baja médica y facilita la recuperación del paciente y su reincorporación laboral. Sin embargo, el tratamiento tipo en estos casos, cuando se prescribe la baja médica, es una combinación de tratamiento psicofarmacológico y “tiempo de espera”. De esta forma, cuando la persona no evoluciona positivamente por sí misma y se deriva a psicoterapia, la sintomatología es más severa y de más difícil abordaje.
¿Cuáles serían las recomendaciones que desde grupoVOLMAE hacemos en relación a la sintomatología depresiva y el ámbito laboral?
- Abordaje temprano de la sintomatología. Un adecuado abordaje de la salud laboral, desde la misma empresa y los servicios de prevención de riesgos laborales, puede ayudar a que la persona reciba ayuda y no precise de una baja médica.
- En caso de baja médica, es básico planificar una intervención psicoterapéutica temprana, inmediata, que facilite la recuperación y el reestablecimiento de las capacidades laborales.
- En todo caso, respeto por la persona afectada, empatía y acción profesional coordinada para ayudarle a afrontar la sintomatología con el tiempo necesario.