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Cada día compruebo la importancia que tienen las creencias en la vida de las personas y cómo éstas condicionan la mayoría de nuestras decisiones, una vez de manera acertada y otras veces no tanto. Tomo como referencia una vieja historia para ejemplificar lo que quiero decir: “Un padre y su hijo deciden pasar la tarde en el circo. En la entrada, el hijo ve a un gran elefante africano atado con una pequeña cadena maltrecha por los años, anudada a un tronco enterrado en el suelo. El hijo asombrado le pregunta al padre: ¿Cómo es que un animal tan grande no rompe esa pequeña ligadura y se escapa? A lo que responde el padre, verás, cuando el elefante era muy pequeño lo ataron a esa cadena, e intentó escapar, tiró y tiró día y noche, pero no consiguió liberarse, pasados los años, el elefante recuerda que un vez intentó escapar y no pudo, así que ya no lo intenta más. El elefante no se libera porque cree que no puede”.

Efectivamente, ¿cuantas cosas dejamos de hacer porque creemos que no las podemos hacer? ¿cuantas veces hemos pensado: yo con eso no puedo…..? y pasado un tiempo, la circunstancias de la vida nos ha demostrado que sí podemos porque no hay más remedio. En este sentido, recuerdo a un profesor de la Universidad que al final de sus clases, sentenciaba “el ser humano puede y es capaz de afrontar cualquier circunstancia salvo la propia muerte” ¿interesante reflexión?

Pues eso, aparecen algunas creencias que hemos aprendido sin cuestionarlas:

  • Si creo que soy una inútil o no valgo, ¿cómo voy afrontar una crítica? ¿un error? ¿un desafío?
  • Si creo que los demás no me quieren ¿cuántos esfuerzos haré por obtener su cariño y apoyo?
  • Si creo que no puedo vivir sin la persona con la que comparto mi vida ¿qué será de mi si se marcha de mi lado?
  • Si creo que la vida no merece la pena ¿como afrontaré un revés?

Sería adecuado que de vez en cuando revisáramos nuestras creencias simplemente preguntándonos esto que yo pienso ¿me sirve para algo? ¿lo puedo demostrar con hechos? ¿me ayudan a sentirme mejor?. No digo yo que sea fácil pero, al menos, si no lo intentamos, no saldremos de dudas.

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