Los que me conocen(profesionalmente hablando), saben que en terapia utilizo muchos cuentos y metáforas para explicar determinados procesos psicológicos. Unas veces con el fin de comprender nuestras reacciones y otras con el fin de reflexionar (y cambiar). Uno de los cuentos que utilizo es el siguiente:
Una niña, Julieta, estaba muy contenta porque en un concurso le habían regalado una casa de muñecas. Una de sus amigas, Daniela, que además era vecina se enteró y fue a su casa para jugar con ella. Julieta no podía quedarse a jugar con ella puesto que tenía que irse con su padre. Pero Daniela le pidió que le dejara la casa para jugar con ella en el jardín. Aunque Julieta no quería dejarselo, ante la insistencia de su amiga, decidió prestarselo y le insistió mucho en que lo cuidara puesto que le había costado mucho ganar el concurso.
Al volver a casa, Julieta se encontró en el jardín su casa de muñecas rota y se puso a llorar. Totalmente descontrolada, Julieta le dijo a su padre que iba a casa de Daniela a pedirle explicaciones, estando dispuesta a romper su amistad. Su padre le dijo entonces: Julieta ¿te acuerdas de aquel día cuando estrenaste tu vestido blanco preferido y un coche que pasaba te lo salpicó de barro? Cuando llegaste a casa, querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuela no te dejó. ¿Recuerdas lo que dijo tu abuela? Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería más fácil quitar la mancha.
“Así es Julieta, con la ira es lo mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho más fácil resolver todo”. Julieta no entendía muy bien aquello, pero decidió seguir el consejo de su padre y se fue a ver dibujos en la televisión. Poco después, sonó el timbre de la puerta….era Daniela, con una casa de muñecas en las manos y le dijo: Julieta, Pablo ha venido al jardín mientras estaba yo jugando con tu casa de muñecas, le dije que tuviera cuidado pero no me hizo caso y la ha roto. Cuando le conté a mi madre lo que había pasado te compró otra. Espero que no te hayas enfadado. Entonces, Julieta la miró y le dijo !el enfado ya se me ha pasado!
MORALEJA: No reacciones cuando estés enfadado/a. La ira nos ciega y en ocasiones, nos impide que veamos como son realmente las cosas. Recuerda que !la ira hay que dejarla secar!
Por cierto, desconozco el autor del cuento, pero me parece muy esclarecedor.