Seguimos con nuestras cartas de apoyo. Recogemos otro testimonio de una mujer de Guadalajara que está asistiendo a uno de los talleres de apoyo psicológico a través de la asociación “ASIO”:
Cuando ya he rebasado la barrera de los 60, me he encontrado con bastante tiempo libre, no suelo aburrirme, pues me gusta leer, ir al cine, pasear, e incluso hasta hacer un poco de deporte.
Un día en el centro de mayores, vi anunciados unos talleres, pensados para sus socios, no sabía de que iba, nunca había asistido a ninguno, me apunté sin pensarlo, pensando que tal vez era un “rollo” pero como es verdad, que cuando se pasa de los sesenta, son muy pocas las cosas, que nos parecen disarates, quise verlo con mis propios ojos, y así luego podría opinar
En un par de años he asistido a tres, y cual es mi sorpresa que cada uno me ha enseñado algo nuevo.
La gente que asiste, lo mismo hombres que mujeres, creo que también van motivados, por conocer alguna novedad, y escapar un poco de soledades, problemas, y malos rollos que por ser mayores, ya todos cargamos a nuestras espaldas.
Cuando éramos jóvenes íbamos en grupo de adultos en pareja, y cuando hemos llegado a una edad madura, a muchos nos cuesta ir sólos.
Quien imparte los talleres, siempre es una persona más joven que nosotros, nos hace ver la vida desde otra perspectiva, que quizá nunca hemos alcanzado a vislumbrar, pero que nos abre nuevos horizontes.
Sin pensar, muchas veces, desnudamos nuestras almas, siempre mirando atrás. Encontramos muchas penas, pero también pequeñas cosas, que sentimos con orgullo y satisfacción, el tiempo pasa muy deprisa, pero sea lento o rápido, lo más importante es que seguimos aquí, y aún tenemos el privilegio de expresarnos y en definitiva de sentirnos vivos, por que todavía nos quedan muchas cosas por hacer, y nuestra experiencia cuenta.
Hay momentos que te hacen reflexionar, y te sientes atrapado en una espiral, unas veces para reír, otras para comentar, y otras te sientes tan bien escuchando las explicaciones, que las horas se pasan sin darnos cuenta.
Creo que todo esto ha enriquecido mucho mi vida personal, pues realmente lo que cuenta en la vida, no son las cosas que tengo a mi alrededor, sino las personas que me rodean.
Hay que seguir acudiendo a estos talleres, que se sigan impartiendo, porque llegamos a casa más tranquilos, de mejor humos y hasta sin entenderlo ¡MÁS FELICES!
Para terminar quiero decirles a mis compañeros, y la monitora, que hacer un amigo, es una gracia, tener un amigo es un don, conservar un amigo es una virtud y ser vuestra amiga, es un HONOR.
CONSUELO FRAGUAS CHACOBO, (edad 60…y tantos)
GUADALAJARA