Que bien nos sentimos cuando tenemos unas carcajadas con nuestras amigas y amigos, que alegría nos trasmite escuchar a un niño o niña reír, o simplemente ver a un grupo de mujeres u hombres sonriendo. Hay veces que te ríes tanto, que no puedes parar, lloras de la risa, te duele la barriga, no puedes respirar,… Sin embargo, la sensación que se nos queda después es gloriosa, nos sentimos relajados y relajadas, con sensación de bienestar, sin tensiones, sin estrés, con un gran alivio, etc.
Sorprendentemente, nuestros antepasados ya utilizaban técnicas para practicar la risa, desde los templos del Imperio Chino e India donde se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud, o en culturas ancestrales de tipo tribal, los hechiceros se disfrazaban y hacían reír para curar a los guerreros enfermos. Hasta en los años 70, un doctor californiano aplicó la alegría y el buen humor como apoyo en la recuperación y tratamiento de enfermedades, obteniendo beneficiosos resultados. A partir de entonces se comenzó a utilizar las técnicas de la terapia de la risa en hospitales de EEUU, Suiza, Alemania y Francia y hasta la actualidad.
Usualmente nos reímos cuando estamos muy nerviosos o nerviosas, cuando algo nos hace gracia, cuando se nos prohíbe reír, cuando se nos contagia… y es que se ha comprobado que la risa franca o la carcajada, libera endorfinas, responsables de la sensación de bienestar. Por tanto, aporta múltiples beneficios: rejuvenece, elimina el estrés, reduce tensiones, ansiedad, depresión, ayuda a mejorar el colesterol, adelgaza, disminuye dolores, insomnio, problemas cardiovasculares, respiratorios, y actúa como un factor beneficioso en múltiples enfermedades en general. Además, nos aporta aceptación, comprensión, alegría y relajación. La risoterapia es beneficiosa para llegar a un buen estado de relajación, abrir nuestra capacidad de sentir, liberar tensiones e incrementar nuestra creatividad. A través de técnicas de expresión corporal, danza, juegos, ejercicios de respiración, masajes, música… conseguimos llegar a la carcajada, la cual nos hace sentir plenos. Donde se crea un espacio para estar con uno mismo o misma, en el presente, en el aquí y ahora, ya que no piensas en nada más. Nos ayuda a aumentar nuestra vitalidad, el sentido del humor, la alegría, el gozo y la positividad.
Por ello son importantes las actividades sociales, sobre todo encuentros con buenos amigos y amigas y/o familiares, con los que puedes disfrutar de unas risas sinceras, de corazón y en confianza. Por cierto, ¿Cuánto tiempo hace que no te has reído?¿ o que ya no lo haces tan frecuentemente? ¿lo echas de menos? Se nota en nuestro humor, en nuestro carácter, incluso en nuestra apariencia. Así que si hace mucho que no ríes a carcajadas, qué mejor que apuntarse a unas sesiones de risoterapia con nosotr@s. ¿A qué esperas? Ven y ríe sin parar!