Se han presentado tres acusaciones:
Primera acusación: Sus Majestades traen regalos a los niños y niñas que se portan bien. O al menos, como entienden ellos, a los que no se portan mal. ¿Está bien que sus Majestades condicionen los regalos a algo que no es real?. Si se portan mal, ¿seguro que no van a traer juguetes? Los niños y niñas saben que Los Reyes van a venir, se porten bien o mal. Hay que recordar a sus Majestades que estos regalos son para conmemorar unas fechas tradicionales en nuestra cultura, no como recompensa por un comportamiento.
Segunda acusación: Dicen algunas estadísticas que cada niño o niña va a recibir de parte de Sus Majestades una media de cinco regalos. ¿No se están pasando? No recuerdan Sus Majestades que un niño o niña puede llegar a saturarse de regalos. Cuantos más juguetes tengan, menos jugarán con ellos y menos ilusión les hará. Tan malo es no tener nada como tenerlo todo. Recuerden Sus Majestades que el precio que pueden pagar por ver una cara ilusionada unos segundos, puede ser tener unos niños y niñas con una resistencia a la frustración muy baja. Niños y niñas que no entenderán de normas y límites.
Tercera acusación: Borregismo. ¿Tanto compras, tanto vales? ¿Qué están comprando Sus Majestades con tanto regalo? No tenemos que ser todos iguales. Más les valdría a Sus Majestades educar en el consumo y no en el consumismo. Aprovechen para regalar alguna cosa que necesiten, y sí, también, alguna que les haga ilusión…pero no se pasen.
Queridos Reyes Magos regalen a sus hij.. queremos decir, a todos los niños y niñas, su cariño y su tiempo. Todo el que quieran.