Vamos a explicar qué sucede cuando una persona acude por primera vez al psicólogo, normalmente porque quiere aliviar un malestar que viene padeciendo desde hace algún tiempo. Evitaré el uso de tecnicismos para transmitir con un lenguaje sencillo lo que quiero.
Contextualizo el tema, y hablo siempre en términos generales, la primera vez que alguien acude aVOLMAE PSICÓLOGOS, plantea generalmente que se siente mal. Preguntando directamente a la persona, llegamos a definir ese malestar (es tristeza, o miedo, o enfado o una mezcla y/o combinación de varios). La persona nos refiere que ese malestar se lo produce una o varias situaciones (“he discutido con mi pareja”, “no tengo amigos”, “los exámenes no me han salido como esperaba”, “tengo problemas con el trabajo” y un largo etc.).
Evidentemente, esta información nos ayuda a situarnos y en muchas ocasiones a romper el hielo y a establecer un clima de trabajo adecuado puesto que vamos abriendo puertas en la otra persona.
Desde nuestro modelo de trabajo y una vez entrados en materia, le explicamos a la persona que no son las situaciones en sí las que producen el malestar, sino el modo que hemos aprendido a interpretarlas. Pongamos un ejemplo que suelo utilizar en la sesión derivado de un cuento que leí hace algún tiempo y que suele ser muy esclarecedor. Unos obreros construyendo un edificio. Cuando se les pregunta por su trabajo a tres obreros diferentes, el primero responde: “Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable”, el segundo responde: “El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos” y, finalmente, el tercero dice: “Estamos levantando una Catedral, la más hermosa del mundo, ¡que ilusión cuando esté terminada!”. El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras distintas de vivirla. En resumen, lo que hacemos la primera vez que nos piden ayuda es plantearle a la persona que las situaciones en la gran mayoría de ocasiones no se pueden controlar, pero si podemos decidir cómo éstas nos afectan a nuestras vidas.
Lo que viene después de la primera sesión es precisamente eso: cómo hacer para que la situaciones nos afecten lo justo, ni más ni menos.