Hay un proverbio chino que paso a detallar para comentar posteriormente su aplicación puesto que lo utilizo en terapia y al menos, nos ayuda a reflexionar sobre nuestros pensamientos.
Un joven discípulo le dice a su sabio maestro: -Oye, maestro, ¿sabes?, me he enterado de que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con bastante maldad…-¡Espera!, ¡espera! lo interrumpe el filósofo. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? -¿Las tres rejas?, pregunta el joven discípulo.-¡Sí!… La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? -¡No! La verdad, lo oí comentar a unos vecinos. -Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien? -¡No, en realidad no! Al contrario…-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? A decir verdad, maestro, no. -Entonces, dijo el maestro sonriendo, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido.
Como ya hemos comentado en alguna ocasión, el malestar que experimentamos asociado a determinadas situaciones no es provocado en sí por las situaciones sino por lo que pensamos de éstas. Ocurre además que el ser humano responde de manera automática y el resultado es que aparecen numerosos pensamientos que ni son ciertos, ni buenos ni necesarios. Entonces ¿para qué mantenerlos? ¿podríamos autoaplicarnos el proverbio y desechar los pensamientos que ni se basan en hechos, ni son positivos para nosotros ni tenemos necesidad de tenerlos? Vamos a intentarlo.