En nuestro día a día en las clínicas a nivel nacional de grupoVOLMAE vemos cómo ha aumentado la demanda de ayuda psicológica en las parejas debido a diferentes problemas relacionales que terminan por crear en la pareja frustración, estrés, apatía, tristeza…
¿Hay ahora más problemas de pareja que en la época de nuestros abuelos y abuelas?, ¿A qué se debe este cambio?
Si bien cada vez hay más conciencia de la importancia de la salud mental y de la importancia de mantener una relación de pareja saludable, lo cierto es que a veces nuestras prioridades, valores en la pareja, así como afectos se ven soterrados por otros problemas individuales (trabajo, dinero, amistades, autoestima) que terminan por deteriorar la relación.
¿Cuáles serían los ingredientes básicos de la “paella del amor”?
Cada vez disponemos de más información sobre qué ingredientes son básicos para tener una relación de pareja sana. Ya lo decía Robert Sternberg con su teoría triárquica del amor, que los tres aspectos fundamentales en una relación de pareja serían: intimidad, pasión y compromiso. Fijémonos en la siguiente imagen explicativa que detalla los tres ingredientes principales y cómo sus combinaciones pueden dar lugar a diferentes tipos de parejas con fortalezas y debilidades muy llamativas.
A lo largo de la vida relacional de una pareja encontramos diferentes etapas que pueden suponer una crisis en alguno de estos ingredientes principales, bien falta de pasión desde el plano afectivo-sexual, o escasez de tiempo de calidad compartido en el área de la intimidad, o dificultades para plantear un futuro conjunto, o sinergias dentro del camino del crecimiento personal de cada persona que conforma la pareja. Es esencial detectar cuál o cuáles de estos ingredientes está deteriorado y trabajarlo de manera conjunta en terapia de pareja con un especialista de la psicología.
Cuando los tres ingredientes principales se han desvanecido, con varios intentos fallidos de mejora, que perduran en el tiempo, nos encontramos ante el final de la pareja, no se trataría de una crisis, sino de buscar una ruptura lo más negociada y cuidada posible que sirva de solución ante el sufrimiento que está sintiendo la pareja.
Terapia de pareja, qué, cuándo y cuánto debe costar…
Es esencial ver los enfoques de cada persona que engloba la pareja, pues el sufrimiento de uno puede que esté más acusado en algunas áreas, y sea menos intenso en otras.
Muchas parejas que acuden a terapia comentan que aunque desde hace tiempo tienen la idea de venir, han retrasado esa decisión. En algunos casos la procrastinación no ejerce un efecto positivo como falsamente podemos creer, “ el tiempo lo cura todo”, sino que enquista aún más la situación vital que tiene la pareja.
Cuando una pareja acude a terapia, es de vital importancia ver no sólo los dos sujetos que acuden, sino que hay un tercero en la sesión y que es el principal motor de conflicto y solución posible, “la relación”. Por lo tanto no se trata de buscar la responsabilidad o culpa individual de las personas que acuden, sino dejar de trabajar en el terreno individual, desde la ineficacia de la razón, para centrarse en el equipo que forma la pareja y las fortalezas que le han llevado a venir a terapia de pareja, antes de ir a cualquier abogado de divorcio.
La terapia de pareja ayudará a las personas que acuden a analizar sus mitos fundacionales “razones raíz por las que son pareja”, sus fortalezas y pilares que los mantienen unidos así como su organización e identidad de pareja.
Pensamientos, emociones, comportamientos, expectativas, creencias sobre el amor, falsos mitos, y familiares de origen de cada miembro de la pareja, van a ser caballos de batalla durante las sesiones de terapia de pareja. Sabemos que nuestros pensamientos y emociones con respecto a las relaciones íntimas están marcadas por nuestro contexto social, y el mundo que nos rodea, pero de una manera mucho más intensa está marcado por nuestra propia historia personal y aprendizaje de vida.
Lo mismo ocurre con ese tercero de la sesión de terapia que decíamos, “la relación”. Al final, se forja una fusión única e irrepetible en cada pareja de hábitos, emocionalidad, fortalezas, creencias, funcionamiento diario y proyección de futuro que van a ser el engranaje a trabajar durante la terapia.
Con respecto al coste de la terapia, va a depender del número de sesiones y calidad del perfil profesional que tenga el o la terapeuta de pareja.
El objetivo de la terapia será disminuir el sufrimiento personal y afianzar la pareja a largo plazo, más que poner parches o antídotos milagrosos que pronto dejarán de causar efecto. Entre sesión y sesión, y con los cambios que cada persona se plantee hacer, una terapia efectiva debe aliviar, mejorar la calidad relacional y suponer cambios que al principio suponen esfuerzo y desestabilizan esas costumbres, equilibrio u homeostasis de pareja, para poder hacer las “reformas” que darán nueva y larga vida a la pareja.
La maldición tras esta etapa veraniega, ¿Por qué las parejas se separan más tras esta estación del año?
Durante estos meses de verano que ya han llegado a su fin, vacaciones y descanso, suponen más tiempo de encuentro en pareja, y quizás las diferencias que puede haber entre ellos y podrían haber sido ocultadas por la rutina del trabajo y del día a día.
Según constatan las estadísticas del consejo del poder judicial que hemos consultado en grupoVolmae, la proporción de las separaciones y los divorcios en España durante el primer trimestre del 2017 aumentó un 4.8% como resultado de los meses de verano.
El tiempo de encuentro en verano, hace que se incrementen las discusiones y como consecuencia las separaciones durante y tras los meses de verano, sobre todo el mes de septiembre conocido por los abogados como el mes de los divorcios.
¿Es posible prevenir las crisis antes que curarlas acudiendo a terapia de pareja?
En primer lugar, en cuanto a los factores que pueden estar asociados, puede ser la falta de costumbre a pasar tiempo con tu pareja, o en el caso de estar demasiado tiempo juntos, puede desembocar en aburrimiento y algo que podría ser divertido y agradable, puede volverse algo molesto, dándose así, un incremento de la irritabilidad y el aumento de los pequeños roces y peleas que poco a poco se van haciendo más frecuentes y continuadas. Lo que hace que seguidamente, la pareja se sienta poco motivada a pasar tiempo con el otro.
Por un lado, todas las parejas deben tratar de organizarse y sacar tiempo para ellos mismos y poder disfrutar de momentos en pareja, de esta forma se podrían prevenir los problemas que después podrán darse, ya que se identificarían las diferencias existentes entre ellos y se trabajarían antes de dar lugar a ningún roce.
Por otro lado, una vez que se da el problema, no nos debemos centrar en éste en sí, sino en pensar en todo lo positivo y el cariño que ellos se tienen y que los ha llevado hasta ahí. También se debe evitar el rencor, olvidar las palabras hirientes que se hayan podido decir en alguna discusión, y no centrarse en ganar o perder la discusión, pues en las peleas de pareja no hay un único ganador o perdedor, sino que se trabaja de forma continua y ambos ganan.
Por último y más importante, no sirve de nada exigir un cambio en la pareja, sino que hay que implicarse por alcanzar el cambio, sin echar nada en cara a nadie, simplemente se deben identificar los puntos débiles o que deben mejorarse y planificar una forma de mejora, siempre desde la igualdad y aceptando que nadie es superior a nadie.
Y sólo entonces te das cuenta de que tu corazón late.
De que no hay emociones ni buenas ni malas,
y de que la vida era eso..sentir, solo eso.
Sin más coraza que la sombra de tu temor,
sin más aliento que tu esperanza,
sobrecargada de sufrimiento
y el cobijo de un sueño roto.
Y entonces, sólo entonces…
te das cuenta de que tu corazón late.
Ahí estas, amor.
MAR ALCOLEA